[Mitología Egipcia • Bastet]

Bastet: Señora del Gozo y Protectora del Hogar

En el corazón del antiguo Egipto, donde los templos brillaban bajo la luz dorada del sol y los hogares se llenaban del aroma del incienso, surgía una diosa diferente a todas las demás. No era la diosa de la guerra ni del cielo ni del Nilo, sino la guardiana de algo más íntimo y más frágil: la alegría, la ternura y la seguridad del hogar. Esa diosa era Bastet.

Con el rostro sereno de una gata y la elegancia de una madre protectora, Bastet representaba la calidez del hogar egipcio, el cariño familiar y la música que alegraba las fiestas. Su presencia traía paz, luz y celebración.

Pero detrás de su suavidad, Bastet también escondía un poder profundo. Era la protectora contra las fuerzas oscuras, la guardiana de los niños, la que alejaba el mal y purificaba el espíritu. Para los egipcios, una casa sin la bendición de Bastet era una casa vulnerable.

En su ciudad sagrada, Bubastis, los templos resonaban con danzas, perfumes y cantos en su honor. Los gatos, sus criaturas sagradas, vagaban libremente por las calles; tocarlos era tocar la bendición de la diosa. Matar a uno estaba prohibido, pues era ofender a la Señora de la Alegría.

Con el paso del tiempo, Bastet se convirtió en un símbolo eterno de equilibrio: dulzura y fuerza, música y protección, ternura y poder.

Su historia sigue viva porque todos, en algún lugar de nuestro corazón, buscamos lo mismo que ella simbolizaba: un espacio seguro, una risa tranquila y un rayo de luz que haga del mundo un lugar más amable.